Durante el confinamiento que vivimos en España durante la primavera de 2020, se nos ocurrió la ‘genial’ idea de hacer un podcast en directo diariamente. Algo que, en principio podía sonar fácil, nos planteó varios retos técnicos, por la forma en que queríamos hacerlo:
- Buscar una plataforma para que los oyentes del podcast pudiesen oírnos en directo.
- Al tratarse de un programa dedicado a discos de vinilo musicales, teníamos que conseguir que se oyesen los temas que íbamos presentando en directo.
- Teníamos que buscar una forma de automatizar la aparición de cortinillas y canciones, para que todo resultase lo más fluido posible.
- Queríamos incluir colaboraciones con invitados a través de un programa para videoconferencias.
- Necesitábamos que nuestras voces, las canciones y las cortinillas salieran al aire, todo en perfecta sincronía y que no conllevara excesivos problemas.
- Teníamos que integrar todo esto en nuestra página web, para que desde ahí pudiesen escucharnos online o posteriormente en diferido.
- Como el tiempo era limitado, teníamos que ajustar los guiones para que no excediesen el límite impuesto por la plataforma escogida.
Soluciones concretas para problemas concretos
Ahora que saben cuáles fueron los desafíos que se nos presentaron, vamos a explicarles cuáles fueron las soluciones:
- De entrada, la parte de hardware la teníamos resuelta: disponíamos de una tarjeta de sonido donde poner los dispositivos de captación de audio, en nuestro caso uno o más micrófonos, pero también podíamos insertar instrumentos, por ejemplo un bajo o una guitarra eléctricos.
Esto lo hicimos con nuestra tarjeta de sonido iConnect AUDIO4 de la empresa iConnectivity y 1 micrófono Blue Yeti Pro (condensador) de la empresa Blue y 2 micrófonos D1USB cardioides con conexión USB de LD Systems. Como ordenador, utilizamos un iMac de Apple (21,5 pulgadas, finales de 2012 , 2,7 GHz Intel Core i5 de 4 núcleos 8 GB Ram 1 TB Disco SSD).
- La plataforma que escogimos, por precio y posibilidades que ofrecen, fue Spreaker. Te permite hacer dichos directos, e incluso tienen una app para móviles para realizar las grabaciones. Además, te dan todos los datos para incrustar el reproductor online en una página web.
- En cuanto al programa de videoconferencias, escogimos Skype, no por nada especial, simplemente porque es el más común y nuestros invitados ya disponían de cuentas en esa plataforma.
- Llegamos al punto en que hemos de lanzar las cortinillas y canciones que aparecerán en el programa. Esta tarea debería ser fácil y muy automatizada. Para ello escogimos un programa de la empresa que creemos puntera en estos menesteres, Rogue Amoeba.
Rogue Amoeba sólo se dedica a la programación de software para audio para sistemas Apple, ya veremos más adelante cómo hemos llegado a combinar varios programas de estos cracks del audio digital. Es posible usarlos de manera gratuita, aunque con limitaciones, antes de comprarlos.
El programa escogido fue Farrago, que te permite de forma muy visual crear una especie de plantilla donde colocar, simplemente arrastrando, los audios que quieras ir lanzando durante la grabación. Se pueden disparar los sonidos desde el teclado del ordenador, pero le dimos una vuelta de tuerca más y aprovechamos la posibilidad que tiene Farrago de utilizar un teclado Midi para esas funciones.
- Llegó el momento de juntarlo todo: lanzar audios, poner nuestras voces y que el servidor permitiese que todo esto se hiciera realidad. Para ello, recurrimos nuevamente a la gente de Rogue Amoeba, esta vez con dos programas más:
Por un lado, Audio Hijack, que de una forma también muy visual te permite crear una especie de ‘canales’ con entradas y salidas distribuidas: una o dos voces en el estudio, una voz a través de Skype y un último canal para música y cortinillas. Todo esto era más o menos fácil, porque Audio Hijack ya lo conocíamos de usos anteriores.
Llegados a este punto nos encontramos con una dificultad inesperada: necesitamos que la persona que esté al otro lado de Skype escuche la música que vamos pinchando, y esto utilizando sólo Audio Hijack no es posible. Así que recurrimos a las maravillosas soluciones que ofrece Rogue Amoeba, en este caso un software muy potente que han llamado Loopback. Dicho software permite ‘enlazar’ un software externo (en nuestro caso Farrago donde teníamos ya preparado todo el audio) con Audio Hijack y todo esto tenía que salir a través del servidor de Spreaker.
Loopback también es muy visual pero al ser un programa con una utilidad muy específica es algo más complejo de configurar, pero no imposible. Y aquí también le quisimos dar una vuelta de tuerca más, por si no era todo bastante completo: queríamos seguir hablando con nuestro interlocutor de Skype mientras la música sonase, pero que nuestra conversación no saliese por Spreaker. Esto también lo consigue la combinación de Loopback con Audio Hijack.
- Por último, había que realizar guiones ajustándose al tiempo, para ello usamos una combinación de hoja de cálculo que nos sumaba el tiempo de cortinillas + canciones + texto y lo incrustábamos en un editor de textos. Esto no es ningún secreto.
- En el apartado web, nuestros conocimientos sobre WordPress nos permitieron ir un paso más allá: pusimos un reproductor de Spreaker para los directos, que leía de su servidor y un contador para indicar el tiempo que faltaba para que apareciese el próximo programa. Llegamos incluso a probar que el servidor fuese uno propio para así evitar las limitaciones de Spreaker. Montamos un servidor OBS, un programa que también conocíamos, en un servidor propio. Por desgracia, el servidor nos daba excesivo retardo en el audio y como el tiempo para lanzar el primer directo se nos echaba encima, nos decidimos por la solución ‘fácil’, aunque de pago, que era Spreaker.
¿Te gustan los podcast de música? Ahora sabes un poco de lo complejo que es el detrás de escena para hacer posible su magia.
Sobre el autor:
Mi nombre es Carlos Buendía y poseo una titulación en un Grado Superior de Sonido para Audiovisuales y Espectáculos. Tras el confinamiento y el establecimiento de la educación a distancia en 2020, observé que el tema audiovisual es primordial en este ámbito. Y así nació Digiaula, proyecto centrado en la digitalización de la educación y en el podcsating y donde aplicamos todo el conocimiento que hemos ido acumulando en proyectos anteriores, o los directos de los que hablo en el artículo.
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